¿Cómo cambiaron los vestidos de novia de la realeza?

¿Cómo cambiaron los vestidos de novia de la realeza?

Hasta hace poco más de 200 años, los vestidos de boda eran de colores vivos.

María I de Inglaterra se casó de púrpura en 1554, algo reservado exclusivamente para la realeza.

En 1816, la princesa Carlota se vistió con hilo y bordados de plata real.

En 1840, la reina Victoria eligió un vestido blanco de seda y encaje.

A partir de esa ocasión se popularizaron los vestidos de novia de color blanco.

La Reina Madre rompió moldes con un vestido holgado largo,

pero hay algunas normas de estilo que casi todos los vestidos reales siguen:

son casi siempre largos y nunca muestran las rodillas.

Además, desde los años 50, las faldas fueron ganando volumen.

Aunque la princesa Victoria de Suecia usó un vestido que no le cubría los hombros,

las mangas siguen siendo lo más habitual en la mayoría de los vestidos reales.

Y un par de detalles más...

Suelen llevar cola ya que añade grandeza al vestido

y el velo sigue siendo esencial en una boda real.

El eterno referente es Grace Kelly, quien vistió cuello alto y manga larga.

Un estilo muy diferente al vestido de tul que Meghan Markle llevó en la serie "Suits".

A pesar de todas estas pistas, el vestido de Meghan es uno de los secretos mejor guardados del evento.